Algunos conoceréis a un buen amigo mío del Chami (colegio mayor de Madrid), otros no. Siempre le hemos llamado Carlos o, ante la duda, Carlos Martínez, Carlos Medicina (por la carrera que estudiaba y terminó valientemente), Carlitos, etc.
Hoy, de repente, sin previo aviso, en uno de los mails que acostumbramos a escribirnos me ha mandado esto. Lo firmaba un tal Charly Bauberry, médico trabajando en Ourense.
Besos y abrazos familia.
Lucas.
¡¡Hola Miguel!!
Como ves siempre ando escribiendo un poco tarde, parece que algunos nunca terminamos de cambiar. Hoy andaba escribiéndome con El Lucas y casi sin darme cuenta me has dado una palmada en la espalda, has sonreído de oreja oreja, me lo has dicho y lo he visto claro.
Me ha venido a mente el recuerdo de la primera vez que te vi. Creo que fue en Alicante, no en Madrid. En un encuentro, al verme empezaste a reírte con Fede. Yo pensé que era una de esas eternas risitas y bromas de los chic@s de donyet. Al final fue el Lucas y Such los que me dijeron que me habías bautizado. Si si, como lo oyes, siempre han sido un poco soplones. “Charly Bauberry”, la verdad es que nunca me quedó claro el por qué, pero ahí quedó el mote.
Pues bien, resulta que hoy, a última hora, me tocó escribir una receta de esas de matasanos de las que de verdad importan. Y entonces fue cuando me diste la palmadita en la espalda, me echaste la sonrisa y me soltaste:
-Venga Bauberry, que esta es de las que de verdad importan- me dijiste.
-Pues tienes razón Blake, está es de las de verdad y se merece algo de lo bueno- te respondí.
Así que mandé cualquier analgésico y lo más importante, una sonrisa diaria. Firmado “Charly Bauberry”
Con lo que desde hoy puedes hacerte co-responsable de todas las recetas que mande de verdad. Las de sonrisas, abrazos, besos, bueno rollo y todo eso.
Un abrazo Blake y gracias por inspirarme en lo que de verdad importa.
Charly Bauberry.