lunes, 19 de julio de 2010

Esta no es un cangrejo…



Pues resulta que mi hermana Lore estuvo el año pasado por tierras caribeñas y se marcó algún detalle pa la family, algo sencillo. A mí me compró esta TORTUGUENSAR, es un colgante. Como veo poco a Lore, se le pasó dármela en su momento y no fue hasta hace unas semanas que me la dio.

Me flipó na más verla. Me recordó mucho al Tucán que me regalaste de Brasil. Trajiste creo recordar varias cosas pa la peña y yo te medio obligué a que me “dierarargo”… y me diste el tucán. Tucán en cuya base escribí con rotulador “BLAKE –BRASIL – 2002”. Y esta tortuga de ojos atentos, como los del tucán, me llega del Caribe como pa decirme “allí conocí al Blake, el máquina contaba tortugas”…

El caso es que aunque no soy muy de colgajos, voy con la tortuguensar a tos laos y cierto es que me reconozco un escéptico nano, pero esque la jodía me da suerte!! Admito que no todo lo que he hecho o me ha pasado desde que está conmigo ha sido “bueno/malo/necesario/comosequiera” y que llevo ya tiempo agusto y tranquilo (dentro de las posibilidades del gen Aleo) pero yo que sé… te recuerdo más aún, si cabe, y como bien reza el flog, tu recuerdo es paz, bro.

Cada vez que me quito el colgajo de la suerte sonrío y, como soy un desastre, me entra pánico sólo de pensar que algún día lo pierdo… pero me calmo pensando que bueno… que ya lo pillará alguien, que las tortuguensares también tienen su camino y, aunque sean de madera, lo recorrer lentiscas pero seguras… ¿o no recuerdas la paradoja de hercules y la tortuga? Jajajaja Aunque en la vida real no exista “recta real” en la que quedarse atrapado.

A ver si me dura al menos hasta la próxima BLAKEDADA.

Un abrazo butterfly!!

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